Sede Canónica


La Parroquia del Apóstol San Pedro es sede de la hermandad desde principios de los años 80, en la que la Hermandad tiene que marcharse de su antigua sede en la Ermita de la Cruz de los Milagros  por causa del mal estado en el que se encontraba.
El edificio actual se empezó a construir en 1575 siendo culminado el proceso en 1606. Está ubicado en la Plaza Redonda, pleno centro del municipio, y mide 42 x 19 m. Se trata de uno de los mejores exponentes ilustrativos de iglesias Renacentistas de Andalucía Occidental.
El conjunto de la construcción, de concepto fundamentalmente renacentista, consta de tres naves y cabecera plana, realizado con materiales mudéjares. El edificio se encuadra dentro de la reacción artística simplificadora frente a la riqueza decorativa de la época anterior.
Destaca su torre-fachada, ya que hay muy pocas iglesias que acogen en su parte inferior una de las entradas al templo. Ésta era antiguamente la puerta de acceso a la iglesia, la única de estilo mudéjar. Dicho acceso en la parte trasera del núcleo urbano, se habilitó otra entrada  orientada hacia la Plaza Redonda.
En la segunda mitad del siglo XVII se añaden tres capillas en la nave del evangelio y en el siglo XVIII se edifican las actuales sacristía y portada. Por último, en el siglo XIX se añaden la sala de archivos y casa rectoral.
En julio de 1936 la iglesia sufrió el saqueo y destrucción de sus retablos imágenes y enseres, quedando totalmente desmantelada. Las tareas de reconstrucción del edificio comenzaron tras la Guerra Civil Española, renovando completamente su interior.
Para equipar el templo y animar las desnudas paredes, se solicitó al Museo de Sevilla la cesión de algunos cuadros. Entre ellos destaca una colección de escenas de la vida de San Francisco de Asís del siglo XVIII, del gran pintor franciscano Juan Ruiz Soriano.  En cuanto a las esculturas más antiguas destaca “El Cristo de las  Siete Palabras” del S.XVIII.
Actualmente, este edificio se conserva en buen estado ya que a mediados de los años 90 se procedió a la restauración de los elementos que estaban en mal estado, tales como la techumbre y el suelo, así como la armadura de par y nudillo de la nave central.